Los salarios y las jubilaciones tuvieron un deterioro significativo respecto de la evolución de los precios de los alimentos básicos en los últimos dos años, al punto que registraron en ese lapso subas nominales de menos que la mitad que algunos de esos productos.
De acuerdo con un relevamiento de la consultora Focus Market, entre agosto de 2019 y el mismo mes de este año hubo aumentos del 100% en las jubilaciones y del 99% en el salario mínimo, vital y móvil, en tanto el precio del arroz subió en el mismo lapso un 254%.
De la comparación se desprende que en la actualidad una jubilación alcanza para comprar 43,5% menos de arroz que hace dos años.
Otros productos que registraron en los últimos 24 meses incrementos en sus precios que superaron a los de las jubilaciones y el salario mínimo fueron los de copetín o “snack”, con un 233% y otros que componen la canasta básica de alimentos como el asado (194%), los aceites (192%), el tomate (189%), la carne picada (180%) y la nalga (179%).
“Sin ninguna duda, el salario mínimo vital y móvil viene siendo perdedor frente a la inflación en los últimos dos años”, señaló al respecto el director de Focus Market, Damián Di Pace, luego de la decisión oficial de avalar un nuevo incremento del haber, que llegará a $33.000 en febrero de 2021.
Pese al incremento y a que hace cuatro meses que las subas del salario mínimo le vienen ganando a la inflación, el nivel sigue siendo insuficiente para hacer frente a los gastos elementales de una familia, si se tiene en cuenta que la Canasta Básica Total (CBT) que mide los límites de la pobreza, fue en agosto de $68.359 para una familia de cuatro integrantes.
Focus Market realizó otras comparaciones entre salarios y precios de alimentos, en las que no faltaron las sorpresas, ya que también hubo productos con incrementos mínimos en comparación con la inflación general.
Es el caso del kilo de cebollas, que según la consultora mostró un alza de sólo 4% en los últimos dos años, seguido por el kilo de harina 000 (49%) y los fideos secos guiseros (50%), además de dos productos de limpieza como el litro de lavandina y el jabón en polvo para la ropa en envase de 800 gramos (ambos con subas del 53%).
Entre agosto de 2019 y el mismo mes de 2021, la jubilación mínima pasó de $11.529 a $23.065 y el salario mínimo, vital y móvil de $14.125 a $28.080.
En el mismo lapso, el salario básico de una enfermera de piso subió un 119% (de $29.413 a $64.367), el haber medio un 89% (de $45.000 a $85.000) y el inicial docente un 64% (de $21.000 a $34.500).
Además de los productos ya mencionados, hubo otros que tuvieron en los 24 meses transcurridos aumentos superiores a cualquiera de los haberes mencionados.
Entre ellos, se pueden citar a los vinos (176%), las conservas (168%), los enlatados de pescado (163%), la yerba mate (158%), el filet de merluza (148%) y el pollo entero (137%).
Dentro de las frutas y verduras, además del 189% del tomate hubo subas de 176% en la manzana, 137% en la batata, 131% en el limón y 110% en la banana. Los incrementos de los lácteos fueron menores a los de resto y en algunos casos, inferiores a los de las jubilaciones y salarios.
Entre ellos, Focus Market destacó las alzas de los precios del queso pategrás (109%), el sardo (103%) y el cremoso (97%), en tanto el dulce de leche aumentó 92% y la manteca 88%.
Para Di Pace, las posibilidades de revertir el deterioro de salarios y jubilaciones frente a los precios de los productos de consumo masivo son remotas: “Sin reformas serias y contundentes no hay posibilidad alguna de revertir la caída del ingreso en forma real porque no hay posibilidad de que crezca la inversión privada y el empleo”, aseguró.