Si el mercado de la carne no se regulariza “lo antes posible” se terminará en una situación similar de pérdidas a la que generó la intervención del kirchnerismo en 2006, según un informe del ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Néstor Roulet.
Tras una serie de políticas de restricciones a las exportaciones, entre 2006 y 2010 la Argentina resignó más de 10 millones de cabezas de ganado y todavía no se terminó de recuperar la caída del stock vacuno, advierte el reporte.
“¿Será posible desprenderse de esta carga ideológica por parte de los actuales funcionarios como para revertir esta situación?”, se pregunta Roulet, ex secretario de Agregado de Valor en el Ministerio de Agricultura y productor agropecuario.
El rodeo argentino en 2008 era de casi 58 millones de cabezas y, desde entonces, hubo un deterioro paulatino para caer a 2011 un piso de 48 millones de cabezas de ganado.
Roulet dijo que “las vacas -fábricas de terneros- pasaron de 24 millones a solo 20 millones, perdiendo cuatro millones de madres”.
En la actualidad el stock es de 53,5 millones de cabezas, de las cuales 22,9 millones son vacas.
La falta de rentabilidad bajó la inversión en tecnología, sanidad y alimentación en el sector de cría y, en ese marco, cayó el nivel de destete y se dejaron de producir en tres años 2,75 millones de terneros.
El piso del porcentaje se registró en 2010 (55,8%), seguido de 2009, con 58,3%.
Mientras que el año pasado alcanzó el 62,8%, el mejor nivel desde 2008.
El cierre parcial de las exportaciones de este año, en especial de la vaca con destino a China, trajo como consecuencia una baja en el valor del animal de rechazo entre 20% y 30%, lo que produce un aumento del costo de reposición, describe el reporte. Ocurre que sin reposición, cae el stock.
“El alza de los costos de reposición incidirá sobre los números del resultado final de la cría, por lo que el productor tendrá que asignar menos dinero a otros rubros como sanidad y alimentación, un esquema cuyas consecuencias ya se vieron después de la intervención gubernamental anterior: se reduce el nivel de destete”, explicó Roulet.
Roulet sostiene que, por cada punto de aumento en el destete -con la cantidad de madres actuales- la producción de terneros crece en 240.0000 cabezas anuales.
Opina que si se hubiese mantenido ese ritmo la reposición y el aumento del destete, en seis años (con el 68% de destete) se recuperarían los otros cinco millones de cabezas perdidas.
La pérdida de cabezas entre el 2007 y 2011 fue de diez millones, luego la recuperación fue mucho más lenta, hoy el rodeo es de 53,51 millones de cabezas.
En nueve años (2011 al 2020) se recuperó la mitad de lo destruido.
Luego de la intervención de 2006, bajó el precio de la carne por sobreoferta del mercado interno mediante el incentivo de faenar un animal más chico mediante subsidios al feedlot, “lo que aumentó en forma considerable el nivel de faena: más animales faenados con menor peso e igual cantidad de carne”.
“¿Volveremos a bajar el peso de la media res?”, cuestiona Roulet en su informe.