Este síndrome a menudo se confunde con parálisis cerebral o autismo, sin embargo los rasgos y comportamientos más distintivos para el diagnóstico se presentan entre los 2 y los 5 años, por este motivo, se recomienda estar atentos ante las siguientes características físicas y de desarrollo que suelen estar presentes en este síndrome: Ausencia del habla o habla mínima.Sonrisas y risas frecuentes.Trastorno de sueño.Convulsiones.Falta de atención.Alteraciones gastrointestinales.
Los tratamientos para las personas diagnosticadas con este síndrome son limitados. Pueden beneficiarse, según la necesidad de cada caso, con kinesiología, terapia ocupacional, equinoterapia, reflexología, osteopatía, psicología, pedagogía, fonoaudiología, musicoterapia y siempre acompañado de una alimentación saludable. Estas terapias los ayudan a conectarse con la mente, cuerpo y alma.