Nunca como en este 2023 electoral la política y la economía se cruzaron para influir sobre lo que pueda ocurrir con los comicios para elegir al nuevo Presidente.
Por José Calero.
Por un lado, un ministro empoderado que depende de bajar la inflación y evitar una devaluación brusca de la moneda para tener alguna chance de alcanzar el gran objetivo de su carrera, el sillón de Rivadavia.
Por el otro, una oposición que pugna por definir al candidato que pueda arrebatarle el gobierno al Frente de Todos y volver al poder cuatro años después con la promesa de encarar las transformaciones que Mauricio Macri no pudo.
En el medio, un inesperado tercero en discordia, que arrancó como un fenómeno anómalo en la política y se puede terminar convirtiendo en el cisne negro que nadie vio venir: Javier Milei.
Todos dependen de cómo evolucionen las principales variantes económicas, que a su vez definen el humor social, y sobre todo, el nivel de alcance de los bolsillos.
En este escenario impredecible por ahora, el equipo económico continúa renegociando el rediseño del programa con el Fondo Monetario Internacional.
Con las reservas en terreno negativo, el objetivo de Massa es intentar adelantar a junio los desembolsos pendientes del organismo, previstos para todo 2023 -alrededor de US$ 10.600 millones- al mes próximo.
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; y el jefe de Asesores, Leonardo Madcur, son los hombres de confianza de Massa que encabezan las negociaciones técnicas que se llevan a cabo.
El argumento principal es una sequía cuyo impacto causó muchos más estragos de los esperados.
En paralelo, Madcur mantiene negociaciones para cerrar un acuerdo con Brasil que permitiría el pago de importaciones con reales, similar al ya acordado con China para comerciar con yuanes.
Este acuerdo, que requiere de “garantías” por parte de la Argentina, permitiría descomprimir pagos de importaciones por unos US$ 1.000 millones mensuales.
Como parte de ese acuerdo que aún se negocia, el banco de los BRICS funcionaría como garante financiero de las importaciones de Brasil a la Argentina.
Con respecto a los fondos del FMI, Estados Unidos apoyaría adelantar los pagos porque ve la necesidad de evitar que la crisis económica de Argentina empeore.
El apoyo de Estados Unidos es clave, por su condición de accionista mayoritario del FMI.
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La puja con el mercado por no devaluar
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Massa considera superada la primera gran prueba por frenar los intentos del mercado por devaluar.
Esa es la lectura ante el hecho de que los dólares financieros -MEP y contado con liquidación (CCL)- bajaron después de la corrida que disparó la divisa en el mercado marginal a niveles de 500 pesos.
La suba de 10 puntos de la tasa de los depósitos a plazo fijo para llevarla a 91% anual (7,5% mensual) fue simultánea a la intervención en el mercado para intentar bajar la brecha cambiaria.
Se compraron bonos con reservas del Banco Central vendiéndolos contra pesos para presionar sobre el dólar CCL.
Además, se prohibió comprar dólares financieros con dinero proveniente de una caución de títulos y se limitó la tenencia de divisas de los agentes de liquidación con fondos propios.
A esto se sumó una aceleración en el ritmo de devaluación del peso frente al dólar oficial.
En abril, el dólar oficial subió 6,5% y en el arranque de mayo el ritmo de aumento fue de 7% mensual para evitar retrasarse más frente a la inflación.
Igual, el impacto de la suba de la divisa norteamericana sobre los precios parece demoledor.
Hay coincidencia en que la inflación de abril cerró firme por encima del 7%, dato que se conocerá el viernes próximo por parte del INDEC.
A esto se suma el pronóstico actualizado de las principales consultoras que estima un costo de vida del 126% para este año y también sube los pronósticos para el 2024.
Para complicar más el panorama, el rubro que más impacta sobre los sectores pobres, Alimentos y Bebidas, continúa subiendo por encima de la media, más del 8%.
Los aumentos previstos en los precios regulados para mayo (gas 25%, colectivo 7,7%, taxi 20%, subte 15,5%, peajes 40%) aportarían 1,9 puntos al índice de costo de vida general.
En este escenario, Massa tiene demasiados frentes abiertos para ponerse a diseñar una candidatura, por lo que los próximos 50 días serán claves: el 24 de junio próximo vencerá el plazo para presentar candidaturas a Presidente.