Una joven que intentó reanimar a Fernando Báez Sosa la noche de su muerte protagonizó el testimonio más desgarrador en la cuarta jornada del juicio, y en la que además declararon otros testigos, quienes ratificaron que el chico fue asesinado a sangre fría por el grupo de rugbiers, en enero de 2020, en la puerta de un local bailable en Villa Gesell.
Virgina Pérez Antonelli presenció la agresión contra Báez Sosa en aquella ocasión, ya que se encontraba en un cervecería ubicada junto al boliche Le Brique, y donde se perpetró el asesinato.
La chica recordó que estaba con dos amigos, Nicolás Sessa y Valentín Rodríguez, y tras la agresión se acercó al cuerpo de Fernando.
“Como había hecho un curso de RCP en la Cruz Roja, empecé a socorrerlo, pero no tenía pulso. Después me cansé y les di indicaciones a otros chicos para que siguieran reanimándolo.
Mientras tanto yo le sostenía cabeza y le pedía que no se fuera, que se quedara conmigo”, dijo Pérez Antonelli, quien ratificó que algunos de los rugbiers golpearon a Báez Sosa “por la espalda”.
En el mismo sentido se expresó el taxista Damián Acevedo, quien vio la agresión desde su vehículo y complicó a Máximo Thomsen y Tomás Benicelli, dos de los acusados.
Acevedo también escribió una carta, que iba a leer durante su declaración, pero finalmente no pudo, aunque la entregó a los periodistas allí presentes.
El taxista se lamentó “por haber presenciado ese acto inhumano”, que terminó con la vida de Báez Sosa, y añadió que “a la vez agradezco a Dios ponerme en el lugar y darme la valentía de testificar”.
“Quiero decirle a los padres (de Fernando) que hoy estoy acá, pero hubiese preferido no estar”, y le dedicó algunas palabras a los rugbiers:
“Todavía están a tiempo de salvar sus almas”.
También dio su testimonio Tatiana Caro, otra testigo, quien vio la agresión desde la vereda de enfrente, y ratificó que “le pegaban desde atrás a Fernando”, en sintonía con lo que habían dicho otros testigos este jueves y en los días anteriores.
Por su parte, Tomás Bidonde señaló ante el tribunal que “a Fernando le pegaban entre cuatro”, y complicó a Thomsen y también a Ciro Pertossi, a quienes identificó como los agresores.
En tanto, Jimena Aduriz, madre de Angeles Rawson -asesinada en 2013 por el encargado del edificio donde vivía- también escribió una carta, dirigida a los padres de Fernando, en la cual remarcó que “el juicio es volver al horror, es una de las situaciones más crueles que puede vivir un ser humano”,.
“Solo le ruego a Dios que en este penar, Graciela y Silvino tengan la fortaleza para transitar esta situación. Como tantos otros padres. Y como tantos otros que ni siquiera llegan a esta instancia, o llegan y no tiene Justicia”, concluyó.