Las condiciones financieras para la Argentina volvieron a caer durante octubre y se vieron afectadas no sólo por cuestiones internas, sino también por las complicaciones del frente externo.
La situación global toca su peor nivel desde julio, mientras que las condiciones locales están en un mínimo desde abril de 2020, es decir el epicentro de la pandemia con todo el país encerrado.
El Índice de Condiciones Financieras (ICF) que elabora el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) junto a Econviews basado en componentes tanto locales como globales señala que luego de dos meses con mejoras continuas de los registros de las condiciones locales, en octubre se retrocedió y los guarismos fueron peores que en el mes de julio, cuando hubo tres ministros de Economía y se vivieron días intensos en los mercados financieros y cambiarios.
El estudio releva diez componentes de la economía argentina para generar un índice local, y sostiene que siete empeoraron en el mes de octubre.
Los más influyentes fueron la inflación (se espera una suba en octubre respecto de una inflación núcleo baja en septiembre), el riesgo país y la liquidez de corto plazo.
En tanto, tres que tuvieron una performance positiva: la mejora de la brecha cambiaria, la confianza en bancos medida por la pequeña suba de los depósitos en dólares y la liquidez que viene dada por un crecimiento de depósitos superior al de los préstamos.
Respecto de los diez componentes globales recogidos para analizar la situación externa, ocho empeoraron el último mes.
Acciones emergentes, confianza entre bancos y riesgo emergente fueron las variables de peor comportamiento durante octubre. Como punto positivo se destaca la variable que refleja la volatilidad de los precios de la materia prima.
Al analizar las variables locales más allá de su variación mensual respecto de septiembre, se observa que de las diez variables solo una está en terreno positivo (por encima del promedio histórico), y es la liquidez de largo plazo que se mide por la diferencia entre depósitos y créditos. Desde el IAEF argumentan que “la liquidez es buena, pero en este caso también es ayudada por la baja penetración del crédito tanto a familias como a empresas”.
“El crédito en términos reales cayó los últimos 4 meses casi 10%”, se indicó.
En cambio, los componentes más estresados son la depreciación esperada, el riesgo país, la tasa de interés y la inflación.
A nivel internacional cuatro de los diez componentes se encuentran en zona de confort (positivos) y 6 “estresados”.
La inflación esperada es la que más confort genera, lo cual genera cierta controversia. .
De acuerdo con los estudios de la Reserva Federal la inflación más alta se correlaciona con buenos momentos financieros, aunque la suba de tasas que genera hoy cause zozobra.
Los dos componentes más estresados son las acciones americanas y el riesgo europeo.
El informe concluye con una mirada al futuro augurando que el mundo se empieza a mostrar como un lugar mucho más hostil.
Y si bien hoy la Argentina no está muy conectada financieramente hablando, es menester llegar a tener acceso al mercado de deuda para el sector público en 2025 si es que se quiere evitar una nueva reestructuración de deuda.
Más allá de los problemas autóctonos, el costo de esa deuda, de poderse emitir, será mucho más alta que la que consiguieron en los últimos dos años la mayoría de los países emergentes.
A esto se suman discusiones sobre la capacidad de endeudamiento del estado en moneda local, lo que agrega volatilidad e incertidumbre.
Más en el corto plazo, el deterioro de las condiciones locales augura meses difíciles, aunque también es justo decir que los problemas financieros del estado se convirtieron en una oportunidad para las compañías que buscan plata, ya que los jugadores del sistema financiero local hoy están buscando aumentar el riesgo en el sector privado y bajar el riesgo en el sector público.