El ex ministro de Economía Hernán Lacunza propuso aplicar un plan de ajuste “gradual” y advirtió sobre la posibilidad de que la economía “implosione” ante la elevada inflación.
Consideró que el plan para estabilizar la economía “depende del nivel de agujero fiscal”.
“El programa fiscal no es de shock, no podés bajar de 4 a 0 por ciento el déficit, la implementación es necesariamente gradual”, sostuvo.
“Una inflación del 50% es invivible, y si está entre 3 y 4%, no hay contrato de alquiler, porque ninguna de las dos partes quiere asumir el riesgo nominal, la economía así implosiona”, advirtió el ex ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri.
Agregó que si el plan es “creíble vas a tener crédito y bajar la emisión, y si no lo tenés, cualquier arreglo monetario y cambiario es insostenible”.
En un encuentro organizado por Quinquela Fondos Comunes de Inversión sobre la economía después de las elecciones, Lacunza rechazó la posibilidad de retornar a la convertibilidad o a la política monetaria del ex titular del Banco Central Federico Sturzenegger, que se aplicó en el anterior gobierno.
“El agujero fiscal se lleva puestas a las metas de inflación si hay demanda insaciable de recursos monetarios por parte del Tesoro, no importa la rigidez o si hay convertibilidad”, explicó el ministro.
Dijo que “a nadie le gusta ajustar, pero el desajuste lo paga sector privado con más deuda, inflación o impuestos”, afirmó.
Lacunza proyectó para el año próximo “un primer semestre razonable”, aunque advirtió que en el segundo “va a repercutir en la inflación del 2022 por el incremento de la emisión de los últimos tres meses”.
El ex ministro aseguró que “la inflación del 50% es un piso para el año que viene”, y auguró mayores presiones cambiarias.
Advirtió que si se repite la derrota del gobierno en las elecciones de noviembre “se potenciarían las diferencias, eso es un escenario de inestabilidad, las crisis nunca son iguales”.
También descartó una “hiperinflación” o el riesgo de un “corralito” y señaló que el cepo cambiario “es una anormalidad y dio todo lo que podía dar”.
“Probablemente tengamos que sacrificar libertad de movimientos para evitar swings, de nada sirve un régimen de libre flotación si el dólar es un barrilete”, dijo el economista.