El caudal del Río Paraná registra el menor nivel en los últimos 25 años en el territorio argentino, motorizado por la escasez de lluvias significativas en la región.
En ese contexto, la confluencia del Paraná con el río Paraguay registra una “bajante extrema” que comenzó a principio de junio y se extenderá a lo largo de varias semanas, según un informe del Instituto Argentino del Agua.
“El caudal que ingresa al tramo puede estimarse próximo a los 7.700 metros cúbicos por segundo y del orden del 40% del valor promedio de junio de los últimos 25 años. Esta tendencia se sostendrá en las próximas semanas”, señala el instituto.
Los expertos de la dependencia señalan que de continuar la actual coyuntura, “se espera el escenario más crítico de la historia registrado: en 1944”.
“La tendencia climática, con horizonte en el 31 de agosto, no permite esperar una mejora sostenida en las lluvias ´ regionales, además de niveles inferiores a los medios correspondientes al otoño e invierno”, advierte el trabajo difundido por Infocampo.
A la altura de la ciudad de Rosario, el río tuvo un nivel de 18 centímetros este lunes en la zona del Puerto, justo la mitad del correspondiente al día anterior y un centímetro por encima del que se registró en noviembre pasado, el menor en las últimos 50 años.
En Paraná, Entre Ríos, el río bajó a cero centímetro en la madrugada de este martes.
Efectivos de Prefectura Naval Argentina indicaron al sitio Elonce que se quedaron “sin escala” de referencia para las mediciones de aquí en adelante.
Este domingo, en la unión de los ríos se registraron alturas de 0,38 metros en Corrientes y 0,42 metros en Barranqueras, en el orden de 1,40 metros por debajo del pico del repunte y también por debajo de los promedio semanales.
Por la bajante, el Gobierno argentino inició negociaciones con Paraguay y Brasil para que sus represas liberen volúmenes de agua que permitan paliar la situación.
Así lo indicó el presidente del instituto, Juan Carlos Bertoni, quien señaló que el Ministerio de Obras Públicas de la Nación mantiene permanente contacto con autoridades brasileñas para seguir la coyuntura.
“Todo indica que nos estamos aproximando a aquello que ya ocurrió en 1984, que fue la bajante más crítica de toda la historia”, expresó.
En cuanto a las represas sostuvo que tienen la capacidad de morigerar la grave situación.
“Una represa es como el tanque de agua de una casa, es decir, cuando en algún momento hay una falta provisión se puede aprovechar el volumen del tanque; de la misma manera, las represas contribuyeron a lo largo de muchos años a que algunas bajantes de los ríos no se hayan sentido”, explicó.