Hace muchos años que se conoce un cuadro clínico relacionado con el consumo de alcohol durante la gestación, caracterizado por bajo peso al nacer (que continúa a lo largo de la vida), características faciales diferentes, alteraciones cerebrales y otras malformaciones, que se lo denomina Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).
La exposición al alcohol durante el embarazo está fuertemente asociado a trastornos en el desarrollo del bebé por nacer. Se calcula que su frecuencia en el mundo, según un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet en 2017, alrededor del 10% de las mujeres consumen alcohol durante el embarazo y una de cada sesenta y seis mujeres que consumió alcohol durante el embarazo dio a luz a un hijo con SAF. Las cosas empeoran cuando consideramos aquellas mamás que tuvieron un consumo exagerado de alcohol, definido como un promedio de 2 o más bebidas por día o más de cinco bebidas por ocasión, la frecuencia de niños con SAF aumentó a un caso cada 23 mujeres.
Efectos durante todo el embarazo
No existe un límite de seguridad, por debajo del cual, la exposición del bebé al alcohol durante el embarazo sea seguro. Por lo tanto, la recomendación es, al igual que para conducir un automóvil, alcohol cero.
Tampoco existe un momento del embarazo de mayor riesgo de afectar al bebé si se consume alcohol. Las alteraciones morfológicas, suelen vincularse con el consumo en el primer trimestre, los problemas del crecimiento, en cambio, están relacionados con el consumo en el tercer trimestre. Pero el efecto del alcohol sobre el cerebro fetal se produce durante todo el embarazo.
Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF)
Cada niño con diagnóstico de SAF, es solo la punta del iceberg de un problema mucho más grave, pues se considera que hay al menos 9 o 10 más que padecen del denominado Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), no diagnosticados al nacer.
Estos son chicos que no presentan las características físicas del SAF, pero que, en su evolución posterior, tendrán un amplio espectro de problemas del desarrollo y psíquicos, como discapacidades del aprendizaje, bajo coeficiente intelectual, dificultad para prestar atención, incluido el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), comportamiento social alterado, capacidad deficiente de razonamiento y juicio, entre otras manifestaciones.
Situación en la Argentina
El consumo de alcohol en las mujeres aumentó en los últimos años en la Argentina y especialmente en adolescentes y que frecuentemente tienen embarazos no intencionales ni planificados. En nuestro país existe seguramente una subestimación del real consumo de alcohol en gestantes, ya que a pesar de que las cifras conocidas son similares a las publicadas internacionalmente, la frecuencia de SAF es mayor que la media mundial.
Prevención
Como en muchos otros ordenes, la prevención es la mejor estrategia para eliminar este flagelo. Se deben realizar campañas de educación en las escuelas y comunitarias, de concientización sobre los riesgos del consumo de alcohol durante el embarazo y la promoción publicitaria de bebidas alcohólicas debería advertir en forma destacada sobre estos riesgos.
Dr. Claudio Solana (MN 57636)
Jefe del Servicio de Neonatología
Hospital Alemán
fuente ConSalud